por @JaviMGomez
Con Joe Ragland estamos viviendo el típico episodio que todos hemos vivido en nuestras vidas, ese de esperar a que llegue una noticia que es inminente pero que no se termina de producir. Las consecuencias ya las conocemos. Miradas cada dos segundos al móvil para comprobar si tiene cobertura, comprobar cada cinco minutos el correo electrónico y escuchar a cada segundo el lento pero implacable paso del tiempo. Tic, tac. Sin novedades. Tic, tac. Sin noticias. Y así día tras día.
Eso es algo parecido a lo que nos sucede a todos con Joe Ragland. Aficionados y periodistas nos levantamos todos los días con varias dudas: ¿Qué día hará hoy? ¿Tengo que ir a hacer la compra hoy o mañana? ¿Llegará hoy el pasaporte de Ragland? Y de momento, la confirmación se hace esperar.
Todo parecía resuelto la semana pasada a la espera de que llegará el papel con la confirmación del último trámite procedente de Liberia. El papel sigue sin llegar. Estos asuntos burocráticos funcionan así. Y nosotros que somos españoles deberíamos saberlo. Para cualquier cosa hay que hacer cola, para una simple consulta te pueden tener una hora colgado al teléfono. Pues imaginen lo que puede ser en Liberia que un jugador de baloncesto de Estados Unidos logre un pasaporte. Pues eso.
En el club hay una relativa calma con el asunto. Contaban con esta situación y en realidad Ragland se toma casi como un extra, un añadido a esta plantilla que se puso a tiro y que llegó por un precio mucho más económico de lo que un jugador como él podría valer en otra situación. El UCAM Murcia decidió apostar por una jugada que lleva un riesgo relativo ya que la plantilla sin Ragland también estaba cerrada. Su incorporación es un refuerzo y su fichaje por dos temporadas una clara inversión y apuesta de futuro.
A día de hoy es imposible predecir si esa apuesta saldrá bien o mal. El pasaporte de Ragland terminará por llegar y le veremos debutar con la camiseta del UCAM Murcia. Cuando haya jugado unos cuantos partidos (a mí me gusta la cifra de 10) entonces podremos valorar todo lo que ha sucedido. Entonces podremos pensar si mereció la pena esperar al ex jugador de Wichita. Si era mejor haber guardado esa bala o si se hizo bien al traerle para que se adaptara al equipo al país y a la ciudad cuanto antes.
Entiendo el mosqueo y la frustración de muchos porque hay muchas ganas de verle participar, pero en mi opinión el interés real está en el propio equipo. Me preocupa mucho más que el domingo haya una gran entrada en el Palacio de los Deportes que el pasaporte de Ragland, me importa mucho más el estado de la rodilla de Franch que el pasaporte de Ragland y, por supuesto, me interesa mucho más que el equipo gane al Lagun Aro que el pasaporte de Ragland.
Dentro de algunos meses, prometo un post en el que hablaré de si mereció la pena esta espera... a ver lo que pasa.
- FOTO: ACBPHOTO
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